A PROPÓSITO DEL BUS ATEO

La Conferencia Episcopal Española publicó el pasado 23 de enero una Nota de prensa, con el título: "Una publicidad lesiva de la libertad religiosa, en autobuses públicos". La Nota pide a las autoridades civiles competentes la tutela del ejercicio pleno del derecho de libertad religiosa, de forma que la libertad de expresión no pueda ser esgrimida como excusa para ofender deliberadamente las convicciones más intimas de otros ciudadanos.
Resulta sorprendente que la presencia de un crucifijo en la pared de un colegio público, se considere lesiva del derecho aducido por un solo padre, mientras que la exhibición publicitaria de un mensaje injurioso contra los creyentes en los autobuses urbanos, con evidente intención de agravio, se estime perfectamente admisible. Ciertamente, la lógica del laicismo es bastante peculiar...

¿Por qué es una blasfemia?
La Nota razona de la siguiente forma: "Insinuar que Dios probablemente sea una invención de los creyentes y afirmar además que no les deja vivir en paz ni disfrutar de la vida, es objetivamente una blasfemia y una ofensa a los que creen".
"Dios es amor" (cfr 1 Jn 4, 8) y es la fuente de la felicidad del hombre. El ateísmo más militante suele sostener que la existencia de Dios es incompatible con la libertad humana. Dios es presentado como un tirano que nos conduce a vivir angustiados y amargados. Es difícil formular una blasfemia más contraria al rostro de Dios revelado en la Biblia: Dios es el Padre misericordioso que derrama sus gracias sobre todos sus hijos, incluyendo quienes le ofenden o le ignoran. El dolor que sentimos los creyentes ante una campaña de este tipo, es similar al que podría experimentar un ateo al leer con sorpresa en una valla publicitaria: "Libérate de tus padres y serás feliz".

0 comentarios: