El pontífice pidió por este motivo las oraciones de los creyentes en el último tradicional encuentro de los domingos con miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro, antes de emprender el viajo más esperado y uno de los más delicados de su pontificado, que del 8 al 15 de mayo le llevará por Jordania, Israel y los Territorios Palestinos.

El tercer Papa de la era moderna en visitar Tierra Santa, tras Pablo VI y Juan Pablo II, aseguró que con su visita se propone "confirmar y alentar a los cristianos de Tierra Santa, que tienen que afrontar cotidianamente muchas dificultades. Como sucesor del apóstol Pedro, les manifestaré la cercanía y el apoyo de todo el cuerpo de la Iglesia".

Pero su peregrinación, explicó, busca también promover buenas relaciones con los creyentes en otras religiones, judíos y musulmanes.

"Además, seré peregrino de paz, en el nombre del único Dios, que es Padre de todos. Testimoniaré el compromiso de la Iglesia católica a favor de cuantos se esfuerzan por practicar el diálogo y la reconciliación, para llegar a una paz estable y duradera en la justicia y el respeto recíproco".

Por este motivo, aclaró, "este viaje tendrá necesariamente una notable importancia ecuménica e interreligiosa. Jerusalén es, desde este punto de vista, la ciudad símbolo por excelencia: en ella Cristo murió para reunir a todos los hijos de Dios dispersos".

El viaje del Papa a Tierra Santa será un auténtico maratón en el que pronunciará 29 discursos u homilías. Además de encontrarse con las autoridades civiles y con representantes de las tres religiones monoteístas.

En Jordania bendecirá la primera piedra de de un santuario que surgirá en Río Jordán; en Israel visitará el Memorial de Yad Vashem a las víctimas del Holocausto; y en los Territorios Palestinos, el Campo de refugiados Aida, en Belén.

Para leer más, pulse aquí

0 comentarios: